sábado, 29 de marzo de 2008

¿Son los niños dificiles?

NIÑOS DIFICILES,… PADRES DIFICILES?


Casi todos los niños o adolescentes pasan por una "situación" dificil, aunque no sean "casos" difíciles. Para los hijos no sólo pretendemos muchas cosas sino que mentalmente nos marcamos plazos para su consecución, "este niño tendría que tener ya hábitos de..." Nos marcamos objetivos ambiciosos de desarrollo personal: preparación académica, idiomas, informática, habilidades deportivas, artísticas, salud... Deseamos también comportamientos correctos, actitudes y valores humanos, capacidad de altruismo, sensibilidad social.

Son tantas las pretensiones y exigencias que, al no realizarse algunas de ellas en las edades prefijadas, se producen tensiones, reacciones negativas de obstinación o fracaso, que desembocan en situaciones difíciles.

Por otra parte, los niños y adolescentes viven un proceso de desarrollo evolutivo delicado, en el que hay "pasos dificiles" que producen atascos, desviaciones e incluso retrocesos, que inmediatamente diagnosticamos como "caso dificil", pero que son crisis evolutivas normales necesarias para su maduración. Veamos unas cuantas: la crisis de celos en los primeros años; la crisis de negatividad cuando aprenden a decir "no" como un poder ante el adulto, entre los 2 y 4 años de edad; la crisis de adaptación escolar, hoy suavizada en parte con las etapas preescolares de guardería y Educación Infantil; la crisis de compañerismo entre los 8 y 10 años de edad; la etapa llamada de homosexualidad normal y pasajera, es decir, la afectividad a veces un poco pegajosa hacia el mismo sexo, entre los 10 y 12 años de edad; la crisis de la ley del grupo y de la identidad personal entre los 12 y 16 años; la etapa masturbatoria; el primer amor; la crisis del realismo acerca de sí mismo, que con frecuencia produce sentimientos depresivos, entre los 17 y 19 años...
El problema es creer que surgen de repente, cuando en realidad estas crisis se van incubando secreta y gradualmente hasta que aparecen en la vida social familiar o escolar. Cuando se incuban no se ven y cuando nos damos cuenta creemos que tenemos un niño dificil porque la crisis ya lleva tiempo con él, está algo arraigada (es verdad que a veces sólo nos damos cuenta de las dificultades que nos molestan, como son la apatía ante los estudios, el desorden, la desobediencia, etc. )


¿Son difíciles o les hacemos difíciles?
En muchas ocasiones las causas de las situaciones o casos difíciles no son evolutivas sino educativas. Es muy famoso y conocido, en los grupos de Escuelas de Padres, el llamado "Informe de la Dirección General de la Policía de Seattle, Estado de Washington" que se titula sarcásticamente "Cómo convertir a tus hijos en precoces delincuentes", y propone los siguientes "consejos":

1. Da a tu hijo desde la infancia cuanto desee, así crecerá convencido de que el mundo entero le debe algo.
2. Ríe si dice tonterías acerca de los valores humanos o religiosos; creerá que es muy gracioso.
3. No le des ninguna formación espiritual, ya la escogerá cuando sea mayor.
4. Nunca le digas "esto está mal", podría adquirir complejo de culpabilidad. Más tarde si es detenido por robar un coche, estará convencido de que la sociedad le persigue.
5. Recoge lo que él tira por los suelos; así creerá que todos están a su servicio.
6. Limpia con detergente desinfectante la vajilla en la que come, pero deja que lea todo lo que se le antoje y que su espíritu se recree en cualquier torpeza.
7. Discutan y faltense al respeto siempre delante de él, se irá acostumbrando y cuando lafamilia esté ya destrozada, no se dará cuenta.
8. Dale cuanto dinero pida; no sea que sospeche que para disponer de él se debe trabajar.
9. Que todos sus deseos sean satisfechos,de otro modo resultaría un frustrado.
10. Dale siempre la razón; son los profesores, la gente, y el día de mañana la ley.. quienes la tienen tomada con el pobre muchacho.
Y cuando su hijo resulte ya un desastre, proclamen que nunca pudieron hacer nada por él.


Esto desde luego es un terrible sarcasmo. No hay que asustarse, pero hay que reconocer que hay mucho de verdad. Al niño normal le hacemos algo o bastante dificil y le retrasamos bastante la madurez con nuestra blandura (todo vale, nadie le confronta), facilitándole todas las cosas y favoreciendo la aparición de niños/adolescentes apáticos, sin esfuerzo por nada, o inmunodeficientes que caminan por la ruta del sexo, alcohol, droga ... ; o por contraposición, adolescentes violentos (muchos niños violentos han sido niños consentidos).

Perturbaciones graves o leves

Al analizar las causas o tipos de dificultad que originan los casos problemáticos o las situaciones dificiles, nos resulta dificil discernir entre lo que son problemas comunes, que originarían lo que llamamos situaciones difíciles más o menos pasajeras, y los auténticos casos problemáticos estables o permanentes.
Existen problemas comunes que se presentan en muchos niños: el rechazo al colegio, los celos, la desgana o desánimo ante el estudio, el miedo al profesor o a otros niños. Son problemas comunes o normales. Los acontecimientos de la vida diaria producen situaciones de estrés infantil o adolescente, lo mismo que sucede en los mayores. Ellos, por así decir, también tienen derecho a sufrir depresiones o irritabilidades.
Las causas de estos problemas comunes suelen ser el cambio de domicilio o de escuela, la pérdida de un amigo, el rechazo de los compañeros, el nacimiento de un hermano, una enfermedad, las tensiones familiares... Incluso es bueno pasar por ahí. No se crece si no hay superación de dificultades (¿por qué tardan tanto en madurar ciertos niños? ¿no se les ha evitado todo tipo de dificultad?).

Cuando vemos que, poco a poco al ir desapareciendo las causas también van desapareciendo los problemas, deducimos entonces que se trataba de una "situación" dificil y no de un niño/a difícil
.
Algo peor, es la confluencia de varios factores: la llegada de un hermano coincide con que a esta niña la llevan a una guardería ("no me quieren... ", surge el sentimiento inconsciente); un traslado de domicilio coincide con la muerte o abandono de un amigo, y esto produce insomnio, falta de concentración, suspensos en varias asignaturas... Pero en todo caso, si los efectos desaparecen al pasar cierto tiempo, que nos parece largo, no se trata verdaderamente de un caso dificil.
Sin embargo, en otras ocasiones la alteración de comportamiento dura mucho y no logramos ver que sea debido a una causa histórica o circunstancia provocadora. O bien, ya ha desaparecido el acontecimiento negativo, y el problema continúa. Se trata a veces de una introversión social profunda, una desgana generalizada para todo, pesadillas continuas, comportamientos agresivos o miedos permanentes a la gente, una tristeza generalizada y duradera, etc. Son signos de alarma, pero no necesaria mente graves o profundos. Muchas veces con una buena terapia familiar o con la ayuda de una suave terapia profesional, las situaciones desaparecen. No se trataba tampoco de "niños/as difíciles".

El número de signos coincidentes no es por si mismo señal de un niño dificil, cuando el cuadro general de la persona es normal. Por ejemplo, un niño colérico, o con rarezas estables, pero con relación normal con los compañeros, encantador el fin de semana, con adaptación normal en el colegio, etc.; o un niño/a que se muerde las uñas, moja la cama y no le gusta ir al colegio, pero que su desarrollo es normal, trabaja apaciblemente en el colegio, etc. no suelen ser verdaderos casos difíciles aunque haya que sufrirlos con paciencia y nos den quebraderos de cabeza.

El Dr. Vallejo Nájera decía que la clave de la persona sana son las relaciones humanas y la actividad. Cuando las rarezas, comportamientos extraños o insoportables, no afectan verdaderamente a las relaciones humanas y a la actividad (capacidad de motivación e interés por las cosas), no se trataría de casos graves, aunque se sumen una serie de signos o hechos negativos. Se suele decir que sólo del 5 al 10% de niños son casos difíciles. Los demás, el 90 ó 95%, "están" en situación difícil, más o menos duradera o desesperante para nosotros.

Por cierto, cuando el Tutor en el colegio se atreve a sugerirle a Ud. que su hijo se trata de un niño "a veces un poco raro" o que "me desconciertan sus reacciones"... puede ser que se trate de un niño verdaderamente dificil, que habría que estudiar. Generalmente los tutores no se atreven a alarmar a los padres, ni a diagnosticar; y hacen muy bien, porque no son especialistas. Pero tienen una amplia percepción objetiva, al ver a los niños en el contexto de docenas y cientos de niños que viven en el colegio, a quienes observan en las clases, pasillos, zonas de recreo, etc. Ven a tu hijo en la perspectiva de muchos otros y desde la experiencia de muchos años.

Causas de los problemas graves
Los casos graves son perturbaciones duraderas de comportamiento debidas a causas profundas de orden diverso. -Cuáles son estas causas?

a) Hay causas visibles o históricas, pero que penetran dentro de la sensibilidad del niño. Un accidente (desde un perro que le muerde hasta un accidente grave de tráfico ... ) sufrido en la tierna infancia; la separación de la madre (a sus ojos injustificada) durante largo tiempo; los malos tratos, etc.
b) Hay causas invisibles y profundas, que en general suelen clasificarse en tres áreas:
1) Necesidades profundas insatisfechas desde la infancia, o por largo tiempo en cualquier etapa. no sentirse querido, no sentirse suficientemente autónomo, un concepto negativo de sí mismo ("soy malo", "odio a mi hermanito ", "no quiero a nadie"), no lograr tener amigos ni pertenecer a ningún grupo, etc. Todas estas carencias suelen fraguarse desde los primeros años; y están ahí desestabilizando la normalidad.
2) Problemas orgánicos. O bien, anomalías cerebrales o neurológicas, hereditarias o adquiridas, graves, leves o transitorias, que producen lentitudes en el ritmo de maduración y retraso en la capacidad de conceptualización; o problemas de lateralidad, etc.

Hay anomalías del aparato motor que producen debilidades motrices, trastornos práxicos, asinergias, tics, etc. Hay anomalías del sistema nervioso neuro-vegetativo, que producen disfunciones digestivas (anorexia, vómitos, incontinencias ... ); o del sistema circulatorio (dolores de cabeza, vértigos ... ); o de los órganos respiratorios; insomnios, pavor nocturno; sonambulismo; o también tartamudeces y otras dificultades fonéticas. Todo esto produce inquietud motriz, hipersensibilidad, hiper o hipoactividad, trastornos de concentración, excitabilidad afectiva, etc.
Por último hay otras anomalías que son insuficiencias sensoriales que no han sido detectadas a tiempo: en la vista, en el oído, etc.

3) Problemas educativos. Se trata de lo anteriormente sugerido acerca de la educación blanda y consentida, cuyas consecuencias gráficas aparecían en el documento " ¿Quiere hacer que su hijo sea un delincuente?"

Complejidad de los problemas
Ahora bien, un problema no suele aparecer aislado. Nos hacemos conscientes de que un niño tiene un problema (por ejemplo, no tiene amigos), pero probablemente están presente otro u otros problemas también (no tiene interés por el estudio, etc.) Por tanto, un actitud importante es disponer se a identificar problemas; éstos no aparecen aislados, porque en la persona humana unos problemas influyen íntimamente en otros desde el principio de su origen.
Y estos problemas simultáneos se relacionan entre sí en interacción de causa-efecto. La timidez social produce en aquel niño/a persistencia de la enuresis (incontinencia nocturna de orina) que había ya surgido por un problema de afectividad insatisfecha o de celos; y esta persistencia de enuresis produce sentimientos de inferioridad, que a su vez le hace socialmente timido; y todo esto probablemente le refuerza la enuresis, produciéndose un circulo vicioso. Una niña no tiene amigos y esto le produce insatisfacción afectiva, y esto le produce agresividad social, con lo que cada vez tiene menos amigas.

Estos problemas simultáneos son a su vez síntomas de causas más profundas, anteriormente descritas, que generalmente no provienen exclusivamente de un mismo campo sino de tres: lo psicológico, lo orgánico y lo ambiental. Por ejemplo, se dice que "este niño de pequeño ya era vengativo"; pero más exactamente habría que decir que su sistema nervioso le hizo irritable, la situación de hermano le hizo celoso y envidioso, y la educación floja o consentida le hizo incontrolable. En realidad no se nace con actitudes, se hacen, pero a veces desde muy pronto, casi imperceptiblemente. ¿Nace un niño con ideas obsesivas? Más bien, nació probablemente con alteraciones orgánicas del sistema nervioso (lo orgánico), la educación ansiosa de los padres (lo ambiental) le hizo hipersensible, y un shock nervioso histórico (lo psicológico) le acabó de cerrar sobre si mismo. Todo este conjunto hizo de él un niño con ideas obsesivas.

El perezoso radical a los 12 años, se debe a varias y complejas causas. Quizás en la pubertad apareció una fatigabilidad excesiva (lo orgánico); el fracaso escolar continuo le fue disminuyendo su nivel de aspiración (lo histórico); y la preocupación por su identidad, o especiales problemas de aceptación y autoestima (lo psicológico) acabó por producir en él una pereza estable y apatia general. Se trata de campos diversos y en cada uno de ellos de una o varias causas profundas.
Por lo tanto, antes de continuar en las siguientes charlas con este tema, la primera consecuencia que padres y educadores tenemos que tener en cuenta, ante el panorama de situaciones o casos difíciles, es una actitud de calma, visión amplia de las cosas, observación paciente, reflexión, sin precipitarse a diagnosticar



Agradecimientos a la Escuela de Padres de Maristas

Retraso Mental: Breve reseña

RETRASO MENTAL


Concepto
El concepto diagnóstico del retraso mental (RM), está constituido por bajo CI y déficits adaptativos, y fue desarrollado por la Asociación Americana de Retraso Mental en 1992, y en la DSM-IV dentro de los Trastornos de inicio en la infancia, niñez y adolescencia. Actualmente se enfatiza la idea de que el retraso mental no es una característica innata de un individuo, sino el resultado variable de la interacción entre las capacidades intelectuales de la persona y el ambiente, es decir, la concepción actual se ajusta a un modelo biopsicosocial.

El 90% de los individuos con baja inteligencia están diagnosticados a los 18 años y requiere tres características:

1. Inteligencia por debajo del promedio (CI 70 o inferior).
2. Deterioro de la capacidad adaptativa.
3. Comienzo en la infancia.

Descripción clínica
En el retraso mental se aprecia un enlentecimiento del desarrollo, en general en todas las áreas de funcionamiento, que se pone de manifiesto en las siguientes áreas:

Cognitivamente: puede existir una orientación hacia lo concreto, egocentrismo, distractibilidad y poca capacidad de atención. La hiperactividad sensorial puede conducir a conductas desbordantes, a la evitación de estímulos, y a la necesidad de procesar estímulos a niveles de intensidad bajos.

Emocionalmente: tienen dificultades para expresar sentimientos y percibir afectos tanto en sí mismo como en los otros. La expresividad de la afectividad puede estar modificada por los impedimentos físicos (hipertonía, hipotonía).

Retraso del habla: que pueden inhibir la expresión del afecto negativo, lo que conduce a instancias de una hiperactividad afectiva aparente que incluye una ira impulsiva y una baja tolerancia a la frustración.

Dificultades adaptativas: las complejidades normales de las interacciones diarias pueden poner a prueba los límites cognitivos del con RM. En casos extremos, el descontrol impulsivo puede conducir a la violencia y la destructividad. Los cambios en la vida diaria pueden forzar las capacidades cognitivas y las habilidades de afrontamiento, lo que a veces conduce a la frustración.

Reacciones emocionales primitivas: a la frustración y a la tensión pueden implicar conductas agresivas, autolesivas o autoestimulantes.

Existe un aumento de patología de dos a cuatro veces mayor entre las personas con retraso mental, por lo que muchos individuos presentan diagnósticos múltiples, entre ellos más del 50% tienen un diagnóstico psiquiátrico adicional. Algunos trastornos se dan en mayores proporciones en asociación con el retraso mental: TDAH, pica, trastornos del estado de ánimo, trastorno de la comunicación, trastornos generalizados del desarrollo, trastorno por movimientos estereotipados y esquizofrenia. También pueden apreciarse trastorno por estrés postraumático y trastornos adaptativos. Además, pueden darse toda la serie de tipos de personalidad y trastornos de la personalidad.

Evaluación
Todos los diagnósticos psiquiátricos pueden acompañar al retraso mental y todos los tipos de personalidad pueden darse con el retraso mental. Aproximadamente de un tercio a la mitad de estos pacientes presentan TDAH. Pueden presentar también trastornos afectivos unipolares y bipolares, trastornos por ansiedad, reacciones psicóticas, trastorno autistas e incapacidades específicas del aprendizaje.

Las investigaciones más relevantes sobre la relación enfermedad psiquiátrica y retraso mental sugieren que hay una tendencia a infradiagnosticar los trastornos mentales en este tipo de pacientes. Estos errores en el diagnóstico pueden deberse a un problema conocido como ensombrecimiento diagnóstico, el término hace referencia a los casos en los que la presencia del RM reduce la significación diagnóstica de un problema acompañante se atribuyen al propio retraso (Reiss y Szyzsko, 1983).
La evaluación debería incluir:

A nivel psicológico, se requieren tests que incluyan una evaluación neuropsicológica.


Diagnóstico diferencial
Los criterios diagnósticos del RM no incluyen ningún criterio de exclusión, por lo tanto el diagnóstico debe establecerse siempre que se cumplan los criterios diagnósticos (Ver tabla 1), prescindiendo de la presencia de otro trastorno.
Sólo algunos casos de RM tienen su inicio tras un periodo de funcionamiento normal, pudiendo recibir el diagnóstico adicional de demencia, pero requiere que la afectación de la memoria y otros déficits cognitivos representen una merma significativa del nivel previo de capacidades. Puesto que este diagnóstico adicional puede ser difícil de establecer en niños pequeños, se aconseja se haga a partir de los 4-6 años de edad. En general, el diagnóstico de demencia en sujetos menores de 18 años sólo se establece cuando la alteración no se tipifica de modo satisfactorio con el diagnóstico de RM únicamente (DSM-IV-TR).