miércoles, 26 de junio de 2013

MEJORAR LAS RELACIONES PADRES HIJOS

Cualquier intervención, que debe estar sujeta a una programación de objetivos graduales, parten de un area clave: MEJORAR LA VINCULACION DEL MENOR CON SUS FIGURAS DE CUIDADO (padres, abuelos,..)
 a. Saber escuchar a nuestros hijos 
              i. Tener tiempo para escucharles
              ii. Hay que llegar a la adolescencia habiendo establecido en el menor la capacidad de  verbalizar sus emociones.
              iii. Conocer y respetar las necesidades de cada etapa adolescente
              iv. Tener claro lo que son órdenes, sugerencias y negociaciones.

b. Empatía parental.
              i. Saber leer los signos emocionales de nuestros hijos
              ii. La comunicación no debe cargarse en estar atentos sólo a las reprimendas y recordarles las normas.

c. Desarrollo de la Resilencia parental” 
              i. Seguir construyendo futuro de forma equilibrada pese a las experiencias difíciles
              ii. Este modelo a nuestros hijos, apoyados en una comunicación serena son esenciales.
              iii. Transmitir que las transiciones evolutivas tienen unos desafíos que forman parte de la vida, pero que su confianza les hará seguir hacia delante: Autoestima

d. Aprender hablar de nuestros sentimientos y emociones 
               i. Enseñarles a que identifiquen sus emociones para que puedan encauzarlas debidamente.
              ii. Esperar los momentos más serenos para hablar.

 e. Incrementar los tiempos de ocio juntos
                i. Especialmente en primera y segunda infancia.
               ii. Conocer sus preocupaciones cotidianas.
              iii. Trabajar con un Diario Emocional: anotamos pequeñas incidencias y las emociones implicadas.

f. Ser coherentes, consistentes y predecibles en nuestras actuaciones y relaciones.
                i. No contradicciones entre lo hablado y hechos. Complicidad y respeto entre los padres.
               ii. Cumplir las normas, crear confianza
              iii. Consistencia en el tiempo, evitando cambios bruscos.

 g. Establecer Normas y límites: son necesarias y crean seguridad
               i. En menores, a veces, recordatorios con murales
              ii. Dar un sentido de responsabilidad a las acciones y decisiones que el menor adopta. (tenemos que asegurarnos que el menor ha entendido las instrucciones dadas)
              iii. No se educa desde el castigo y la amenaza: sí hay que exigir esfuerzo y responsabilidad. Que sepan asumir un error y repararlo.
              iv. Saber negociar y llegar acuerdos en la adolescencia

h. Potenciar la autonomía personal y social
               i. Evitar practicas hiperprotectoras
              ii. Crear cultura de esfuerzo y confianza: no escolarizar la vida familiar asumiendo roles que no nos corresponden
             iii. Reforzar las relaciones con iguales y los comportamientos asertivos.

i. Motivar e inculcar una cultura de valores
              i. Presentar objetivos de manera atrayente, dándole un valor a los objetivos (siempre realistas), y ofertando medidas facilitadotas para los objetivos.
             ii. Inculcarle la importancia de los valores y las creencias (guía para nuestras decisiones)

miércoles, 22 de mayo de 2013

ACLARACIONES SOBRE EL DIAGNOSTICO y TRATAMIENTO DE THDA EN EL SISTEMA SANITARIO PUBLICO

Hay un controversia entre profesionales y dispositivos sanitarios y educativos en torno al establecimiento del Diagnostico de niños con sospecha de THDA y cual pueden ser las estrategias de tratamiento más adecuadas.
En primer lugar habría que decir que respecto al/los profesionales con competencias para establecer un Diagnostico pertenecen al campo de la Medicina (Pediatra, Psiquiatria, Neuropediatria) y la Psicología (Psicología Clinica y Psicólogos Escolares) con formación y especialización en el mundo del niño.
Respecto al Diagnostico, a veces nos encontramos un uso excesivo de apoyar el Diagnostico en algunas Escalas cumplimentadas en el contexto familiar y escolar y cuyas puntuaciones, según baremos, establecen perfiles de riesgo para esta hipótesis diagnóstica. Decir en este sentido, que NUNCA ha de realizarse un diagnostico basado en Escalas; éstas son complementarias y los criterios son fundamentalmente de tipo clínico, es decir, basado en una exploración psicobiografica y psicopatologica que hacemos con  los padres y profesores, complementados por algunas pruebas específicas de variables cognoscitivas, especialmente el estudio de la Atención, la Inteligencia, de la capacidad del niño para planificar metas y elegir medios para conseguirlas, y por último de su vida emocional y vincular. Es decir no es una fotografía de "aquí y ahora", hay que entender la historia global del menor.

No tenemos ningún marcador biológico para establecer este diagnóstico, ni existe ninguna prueba de imagen que nos pueda arrojar datos concluyentes; ni existe una causa clara y definitiva. Afirmar lo contrario es no ser riguroso en la formación y la información. Insisto, el diagnostico es CLINICO y por tanto requiere la entrevista con los padres, y la exploración del menor. No se puede establecer un diagnóstico sólo en base a la información de los padres: hay que ver y explorar al niñ@.

Una vez establecido el diagnostico clínico, los profesionales deben determinar cual son las estrategias a seguir, aunque tenemos Guías Clinicas científicas, con aval internacional que nos marcan estrategias a seguir. A saber, cuando el diagnostico es THDA y la intensidad es leve y/o moderada, el tratamiento de primera elección es de tipo psicopedagógico, psicoeducativo a la familia y de implementación de procesos psicológicos basicos en el menor. Tras un periodo de trabajo hay que evaluar progresión, resultados, optando por añadir tratamiento farmacológico en aquellos casos con una no buena evolución y que se objetive un deterioro escolar/familiar o social. Las guías clínica de aval internacional no recomiendan ttº farmacológico como primera elección , salvo en los casos Graves y que cursan con Trastornos de Conducta.

En todos los casos, siempre hablamos de tratamiento multimodal (farmacologico-si procede-, psicoeducativo a la familia, psicopedagogico, y de estimulación de procesos psicológicos basicos implicados en los supuestos deficts del THDA). Hacer cualquier reduccionismo es peligroso. No podemos pensar que sólo con tratamiento farmacológico es suficiente, dado que sentaríamos las bases de un uso inadecuado de un  recurso, que bien utilizado, es de gran utilidad.

Ha y que pensar que el objetivo es dotar a los chic@s de instrumentos de autoregulación (ideativa, conductual y emocional) que les permita ser autónomo y poder crecer como personas y no cronificarles con una medicación "para siempre".