martes, 22 de julio de 2008

¿PROTEGEMOS DEMASIADO A NUESTROS HIJ@S?

LA SOBREPROTECCIÓN

Algunos padres piensan que deben proteger a su hijo tímido de toda posible inquietud, pues les rompe el corazón verle sufrir. Sin embargo, esa sobreprotección parece alentar a la larga los temores del niño, pues le impide desarrollar su valor. Jerome Kagan, que también estudió extensamente esta cuestión, comprobó que los padres que actúan así suelen ser luego excesivamente indulgentes o ambiguos a la hora de exigir a sus hijos, y les privan de la oportunidad de aprender a hacer frente a lo desconocido o lo difícil.
En cambio, los padres que procuran mostrarse cariñosos y atentos, pero sin caer en el error de evitarles cualquier pequeño contratiempo, logran que el niño aprenda a dominar mejor por sí mismo ese momento de desasosiego. Suelen ser padres que marcan un sentido claro de la autoridad y la disciplina necesarias para una correcta educación y, en particular, para superar la temerosidad o la falta de recursos infantil.

Los padres tienen su propia personalidad; y hacen o dicen unas cosas a su hijo que otro padre o madre no haría o diría. Esas maneras de relacionarse con los hijos dan lugar a lo que se conoce como estilos educativos.


Dentro del estilo sobreprotector podríamos agrupar a los padres y madres que piensan:



* Yo soy totalmente responsable de lo que le pueda ocurrir a mi hijo/a.

* La vida ya le proporcionará suficientes inconvenientes cuando sea mayor; mientras yo pueda procuraré que disfrute todo lo posible.

* Debo cuidar en todo momento de mi hijo, todavía no es capaz de hacer esto por sí solo.

* Soy indispensable para él.

* El niño/a no sabe, no puede...

* El niño/a todavía es pequeño/a para...

* Si dejo que haga esto solo/a, puede que sufra algún perjuicio...

* Me sentiría culpable si algo desagradable le ocurriese.




En general, podría decirse que como resultado de este tipo de pensamientos, aparecería sentimientos o emociones del tipo de:



* Excesiva preocupación y nerviosismo cuando el niño/a hace algo sin su ayuda o supervisión.

* Enfadados cuando el niño/a pide que le permitan tener experiencias propias.

* Tranquilos cuando ayudan o supervisan al niño/a.

* Culpabilidad por no haberle evitado éste o aquél peligro.




Los padres y madres englobados en esta categoría hacen cosas como éstas:



* Evitan que realice actividades que consideran arriesgadas, peligrosas o incluso molestas para él/ella.

* Dan constantemente consejos acerca de cómo “debe” y “no debe” actuar.

* Realizan frecuentes llamadas de atención sobre riesgos o peligros; pretendiendo que, atemorizado/a por estos posibles inconvenientes, no haga o deje de hacer algo que desaprueban.

* Tienden a dárselo todo hecho al niño.

* A menudo, castigan verbal y gestualmente los intentos de actuar bajo iniciativa y autonomía personal.

* Fijan su atención en las imperfecciones y los errores del niño/a; reafirmando así las propias creencias en su inexperiencia e incapacidad para actuar solo/a.

* Elogian y animan casi exclusivamente las conductas de búsqueda de apoyo en el educador.


El fundamento de esta manera de relacionarse con los hijos podría deberse a diferentes aspectos:



* Hiperresponsabilidad:

Los padres piensan que el niño es un ser débil, ignorante, inexperto,... a quien hay que proteger, evitando que se exponga a situaciones de riesgo en las que pueda sufrir algún prejuicio. Se consideran excesivamente responsables de su desarrollo.



* Culpabilización:

Al mantener la firme creencia de que tienen la obligación de proporcionar la mayor ayuda posible a sus hijos y evitarles cualquier tipo de problemas, dolor o inconvenientes, se sienten culpables cuando no lo consiguen.


1. Los padres se caracterizan por tener una afectividad hacia los hijos que les lleva a resolver lo que ellos deberían aprender por su maduración personal.
2. Se arropa excesivamente e innecesariamente al niño.
3. Se crea un ambiente metódico y ordenado para que el niño encuentre todo hecho.
4. Hay en los padres un miedo a perder el afecto del hijo o a que éste sufra.
5. Se tienen unas expectativas distorsionadas (demasiado elevadas) respecto a los hijos.

Como es lógico, el efecto de un estilo educativo sobreprotector tiene efectos en el desarrollo personal y cognitivo del niño: en ocasiones tienen un concepto de sí mismos demasiado elevado, y cuando descubren que su “yo” no es así, se vuelven tímidos e inseguros ante sus desconocidos; exigen de los demás lo que reciben en el hogar y se muestran poco agradecidos. Por otro lado, en su desarrollo cognitivo muestran pasividad ante las tareas porque están acostumbrados a que todo se les dé hecho, les falta iniciativa, tienen una escasez de habilidades para la resolución de problemas, etc.

Este modelo educativo predomina más en las madres que en los padres, porque la forma de implicarse en la realidad familiar es diferente. Lo importante es conocer este estilo para ajustarlo a las necesidades reales del niño, no a las necesidades que creemos o que imaginamos. El niño, en las primeras edades de la vida, necesita a las figuras parentales para cubrir sus necesidades básicas de seguridad, confort, afecto, pero proporcionar seguridad no significa que el niño no tenga que “hacer”. Es más, todo lo contrario, a medida que el niño vaya siendo autónomo en aspectos concretos, de acuerdo con su desarrollo evolutivo, su seguridad y su afianzamiento será mayor. La seguridad emocional consiste en la asimilación de modos de comportamiento que la persona puede utilizar ante situaciones en las que no están presentes las figuras parentales y que le hacen actuar con firmeza y sentirse satisfecho y tranquilo. (Rocío Meca)

Un patrón sobreimplicado invade el espacio de independencia que el niño necesita para descubrir cosas que por sí mismo tendría que aprender. La pauta es dejar hacer al niño todo aquello que puede hacer por sí mismo y reforzar ese patrón siempre que se pueda. Seguir esta pauta también tiene beneficios para los padres: el no tener que estar controlando constantemente lo que los hijos hacen, porque confían en ellos, y el evitar el estrés que conlleva el exceso de protección.





Las consecuencias derivadas de utilizar uno u otro estilo educativo son completamente diferentes dependiendo del estilo que predomine. Pero en general puede decirse que los niños/as educados bajo un estilo educativo predominantemente sobreprotector pueden llegar a presentar:


* El desarrollo de un concepto de sí mismo/a muy deficiente, ya que, al no haber podido poner a prueba su competencia personal, no puede sentirse satisfecho/a de sí mismo/a.

* Retrasos en el aprendizaje de habilidades de autocuidado personal y otras habilidades sociales.

* Un desarrolla con miedo a la autonomía, buscando constantemente seguridad en otros.

* Carencia de iniciativa para emprender acciones por cuenta propia. Siempre espera instrucciones.

* Mínima tolerancia a la frustración, dificultad para la independencia, escaso autocontrol.
* Desinterés y despreocupación por los asuntos que le conciernen, basándose en la experiencia previa: “Ya me lo resolverán otros”.

* Inseguridad y baja autoestima.

* Ansiedad al no ser capaces de afrontar los acontecimientos vitales de forma autónoma, lo que puede desencadenar problemas tales como: miedos excesivos, timidez, agresividad, problemas de conducta en casa y en el colegio, etc.


Sin embargo, es importante destacar que la educación predominantemente sobreprotectora no implica necesariamente que los todos problemas mencionados se vayan a producir, se habla de una mayor probabilidad de aparición.

A la mayoría de los padres le gustaría que sus hijos no se equivocaran, que no tuvieran que sufrir, y poder evitar esos malos momentos que ellos, a través de su experiencia, recuerdan como negativos. Hay que destacar que esto ¡no es posible!, ya que para que se conviertan en individuos capaces de actuar y defenderse han de desenvolverse por sí solos; a través del “aprendizaje ensayo-error” van a ser capaces de crearse sus propias estrategias de actuación y resolución de conflictos. El niño tiene que equivocarse y experimentar por sí mismo en un nivel de riesgo tolerable.

En sus primeros años, el niño se mueve en medio de una realidad que apenas conoce. Va poco a poco configurando un estilo afectivo, contando casi siempre con su ambiente familiar y escolar como principal punto de referencia. Con el transcurso de los años, se van produciendo cambios graduales, casi imperceptibles, y también a veces cambios más bruscos, causados normalmente por emociones intensas, aunque no siempre con una manifestación exterior notoria.
La mayoría de los cambios se producen
después de advertir en nosotros
—siempre con cierta dosis de sorpresa–
algo que nos desagrada.
Ese descubrimiento nos produce un impacto emocional, más o menos fuerte, que evaluamos, sobre el que reflexionamos, y que finalmente nos hace decidirnos a dar un cambio.

Por eso, la mayor parte de las deficiencias afectivas proceden de la ignorancia sobre cómo es uno mismo y por qué: la mayoría de los cambios de una persona proceden de una mejora en la percepción sobre sí misma y sobre la realidad en general. Y para lograrlo, es preciso mantener siempre una considerable capacidad de sorpresa, una suficiente capacidad de autocrítica.
Hay que cultivar
 una elevada sensibilidad personal
que nos permita captar 
aquello que en nuestra vida
 no debe pasarnos inadvertido.

jueves, 17 de julio de 2008

Internet y la infancia

MAMA, PAPA, QUIERO TENER INTERNET
(algunos consejos basicos para un uso adecuado de la red)

Navegar por internet nunca debería sustituir otras actividades importantes, como deberes, juegos, ejercicio o tiempo con los amigos. Este es el consejo que da la Asociación Española de Pediatría para el uso de este recurso por parte de los niños

A los niños y a los adolescentes les suele gustar el uso del ordenador personal (PC), tanto en casa como en la escuela. Muchos PCs pueden procesar una amplia diversidad de programas, incluyendo calculadoras, hojas electrónicas de cálculo, procesadores de textos, bases de datos, gráficos, paquetes de comunicación y, por supuesto, juegos.
Pero para la mayoría de los niños la cuestión es saber ¿qué hacen con él?. Puede ser un juego, una herramienta, o un compañero de juego. Como juego, el ordenador puede proporcionar juegos o puede jugar con ellos o generar lugares de recreo virtuales para ellos. Como herramienta, el ordenador puede usarse de forma similar al uso adulto. El uso del ordenador y el tipo específico de programas que prefieren los niños, cambia a lo largo de la infancia

Internet es el más interesante de todos los servicios de comunicación, casi cada ordenador de casa en muchos países en la actualidad puede estar conectado a Internet. Muchos padres tienen este acceso a Internet disponible para sus hijos de cualquier edad. Por el lado positivo, Internet abre a lo niños un acceso a muchas bibliotecas de información y oportunidades de comunicarse con otros niños de todo el mundo. Idealmente, tales accesos deberían animar a estudiar y participar en el mundo de su alrededor. Por el lado negativo, Internet puede exponer a los niños a casi todos los riesgos de la sociedad.
Destacaremos tres de estos riesgos.

a) El primer riesgo y el más conocido es el de que los niños puedan tener acceso a información que es inadecuada para ellos (y, tal vez, cuestionada por algunos de ellos). Los primeros delincuentes están en los sitios que incluyen representaciones explícitas de sexo y violencia. El acceso a cada sitio puede ser por descuido, tales como un resultado involuntario de la búsqueda de una palabra con un significado ambiguo. El acceso puede también ser intencionado por los jóvenes que buscan material "provocador". Ambas maneras de acceder han recibido mucha atención en los medios de comunicación y en los medios legislativos de algunos países.
La restricción del acceso a material inadecuado puede llevarse a cabo a través de la instalación de software en el ordenador que podría bloquear los sitios destinados al acceso inadecuado para los niños en casa. Este tipo de software es ahora muy disponible y no es caro.

b) La segunda y menos probable amenaza peligrosa es la disponibilidad de los “chat” y otras recursos interactivos, que permiten al usuario tener conversaciones con otras personas. Esta posibilidad de comunicación para los niños puede ser complicada en aquellas conversaciones con personas que tienen segundas intenciones, (marketing engañoso de pedofilia, secuestros, etc). El niño puede conectar con alguien que lo identifica como un amigo, creando una relación, y entonces utiliza esta relación para obtener información que ponga al niño en peligro. La única solución es tener una supervisión paternal de la actividad.

c) El tercer riesgo de Internet viene desde la posibilidad que tienen los usuarios, incluyendo los niños, para crear páginas web. La página web es un fichero especial donde puede haber nombres, direcciones, números de teléfono, direcciones de e-mail, o hasta temas familiares que los padres les gustaría mantenerlo en privado. Cosas que dicen de otras personas pueden ser un serio problema si son despectivos o invaden su intimidad.
Se ha generalizado mucho sobre los beneficios de la introducción precoz del aprendizaje en el manejo de ordenador; en primer lugar debería señalarse que los beneficios dependen en gran parte de la naturaleza de la experiencia que el niño tenga. El ordenador forma parte de la cultura presente, y nosotros los valoramos o los aborrecemos en función de nuestra experiencia. En los niños ocurre igual. Las consecuencias de forzar un aprendizaje precoz con ordenador a un niño es semejante a las lecciones de piano. Puede abrir una puerta en el desarrollo de un genio, sea de letras o de ciencias, pero también tiene el riesgo de sofocar o inhibir otras curiosidades naturales fuente de otros conocimientos distintos. El ordenador puede ser muy frustrante para un adulto, y ciertamente también para un niño. Introducir ordenadores en las casas donde hay niños enriquece el entorno e incrementa la oportunidad de su desarrollo intelectual, en cualquier edad. Pero como mucha diferencia un ordenador puede hacerlo dependiente en el entorno social del niño, y los profesores y otras fuentes de enriquecimiento en la casa.

Beneficios de Internet en los niños:

Acceden de forma inmediata a multitud y gran variedad de conocimientos.

Acceden a toda la información que deseen sobre sus hobbies y aficiones.

Pueden intercambiar ideas y opiniones con interlocutores de cualquier punto del planeta.

Peligros del uso de Internet por los niños:

Aumento de la factura del teléfono, ocupación de la línea telefónica y vía de descarga de virus en nuestro ordenador.

Puede crear riesgo de adicción y aislamiento.

Puede poner al alcance de los niños contenidos nocivos e inexactos.

Permite que entren en contacto con desconocidos.

Permite que faciliten datos e información personales o privados o realicen compras que no deseamos.

Puede someterles a situaciones o experiencias desagradables (en chats, por ejemplo).

Podemos, si entran en las páginas de comercio electrónico, perder privacidad y ser bombardeados el correo electrónico, ser objeto de bombardeos de publicidad no deseada.

CONSEJOS PARA UN USO SEGURO DE INTERNET

- Decálogo de los derechos de la infancia en Internet. Ante estos peligros potenciales, lo mejor es adoptar medidas preventivas para neutralizar los posibles riesgos de esta nueva y poderosa infraestructura cultural. Una de las iniciativas, con el apoyo de UNICEF, ha sido la elaboración del "decálogo de los derechos de la infancia en Internet" ( ver http://www.internetsegura.net/web2003ESP/6feb/decalogo.htm). Algunos de estos derechos son:
- Derecho al acceso a la información y la tecnología. En especial este derecho al acceso se aplicará a los niños y niñas discapacitados.
- Derecho a buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo por medio de la Red. Estos derechos sólo podrán ser restringidos para garantizar la protección de los niños y niñas de informaciones y materiales perjudiciales para su bienestar, desarrollo e integridad; y para garantizar el cumplimiento de las leyes, la seguridad, los derechos y la reputación de otras personas.
- Derecho a la protección contra la explotación, el comercio ilegal, los abusos y la violencia de todo tipo que se produzcan utilizando Internet.
- Derecho al desarrollo personal y a la educación, y a todas las oportunidades que las nuevas tecnologías como Internet puedan aportar para mejorar su formación.
- Derecho a la intimidad de las comunicaciones por medios electrónicos. Derecho a no proporcionar datos personales por la Red, a preservar su identidad y su imagen de posibles usos ilícitos.
- Consejos. Diversas iniciativas institucionales, como "Internet Segura", han elaborado estudios y programas de sensibilización para promover el uso seguro de Internet contribuyendo a generar una cultura de responsabilidad que permita a los niños y adolescentes beneficiarse cada vez más de este nuevo medio al tiempo que se minimizan sus riesgos. Se considera que más allá de los filtros que puedan proporcionar ciertos programas de protección, se debe incidir sobre todo en la información y la educación de los menores, A partir de sus indicaciones a continuación se presentan unos consejos:

- Consejos prácticos a tener en cuenta por los padres y educadores (es necesario formar a los padres, que muchas veces no saben como funciona Internet ni sus riesgos, y deben asumir su deber de educar y negociar reglas sobre el uso de Internet en casa con sus hijos menores) :
- Conviene que los padres hablen con los centros educativos para asesorarse y conocer cómo se trata el tema en la escuela.

- En casa, colocar el ordenador a la vista de todo el mundo, en una dependencia familiar (salón, biblioteca) distinta del dormitorio de los niños

- Tener un cortafuegos (firewall) y un antivirus actualizado que proteja el ordenador de los virus.

- Instalar programas protectores que filtren la información facilitando el acceso a sitios web seguros y controlando el tiempo de conexión.

- Establecer reglas básicas de seguridad en casa y en el centro educativo: momento del día en el que se puede usar Internet, tiempo... Tener en cuenta las posibilidades de acceso a Internet en la casa de amigos, cibercafés..

- Hablar abiertamente con los menores sobre el uso de Internet, su utilidad y sus riesgos. Enseñarles a navegar con seguridad: explicarles normas básicas de uso y aspectos legales a tener en cuenta, que distingan contenidos no recomendables....

- Hacer de Internet una actividad abierta y familiar, navegar juntos, saber con quienes se comunican.. muchas veces los hijos pueden enseñar mucho a sus padres..
- Si se detecta algún peligro, contactar con las autoridades .

- Consejos para los niños y cibernautas en general:
- No divulgar información privada personal (contraseñas, dirección del domicilio familiar, datos bancarios...) o de de personas conocidas por Internet.

- No enviar fotografías sin el permiso de los padres.

- No comprar sin la supervisión de un adulto. Y ante instrucciones poco claras, NO seguir el proceso de compra.

- No contestar e-mails que tengan contenido ofensivo o resulten incómodos y cuidar de no molestar o ofender a otros en los mensajes por e-mail o chat.

- No concertar encuentros con personas conocidas on-line, las personas que se conocen on-line pueden ser muy distintas a lo que parecen (en Internet a veces las personas ocultan su verdadera personalidad)

- Si se recibe o se encuentra una información que resulte incómoda, comunicarlo a los padres

- Asegurarse de que el antivirus está activado, y pasarlo a los nuevos disquetes o pendrive que se introduzcan en el ordenador.

- No abrir mensajes de desconocidos ni mensajes de los que se desconoce el contenido.

- Tras conectarse desde un lugar público (cibercafé, escuela...) siempre cerrar la conexión para evitar que otra persona pueda usurpar su personalidad.

- Evitar delinquir distribuyendo a través de Internet materiales (música, imágenes, películas...) de los que no tengan permiso para ello.