domingo, 3 de febrero de 2008

Nin@s inseguros, niñ@s tímidos

NIÑOS TIMIDOS

Un niño habitualmente activo y despierto se muestra decaído, inapetente o retraído. En otro niño, en general tranquilo, aparecen conductas que denotan ansiedad, inquietud, falta de atención, actividad constante, perturbaciones en el sueño, ataques de furia, etc.

La consulta con el pediatra debe ser siempre el primer paso a fin de descartar cualquier tema orgánico. Si se demuestra que su estado físico es bueno, comenzaremos entonces a investigar las razones psicológicas de los cambios que llamaron nuestra atención.

Entender a un niño tímido

1. Pensemos que los niños manifiestan sus emociones a través de su comportamiento, como así también de sus juegos y sus dibujos. Hace falta mucho recorrido para que puedan expresarse a través del lenguaje y decir por ejemplo: " mamá, estoy triste " o "hecho de menos a papá" o simplemente "no sé lo que me pasa".

2. Recordemos que los niños tienen una sensibilidad mucho más rica que la nuestra para percibir las variaciones en el ambiente: están siempre pendientes de nuestra mirada, nuestros gestos, nuestras presencias y ausencias (aunque parezcan muy concentrados en otra cosa).

3. Consideremos ahora las novedades (buenas y malas) que se sumaron a nuestra vida cotidiana. Hay situaciones menos evidentes y que sin embargo los hijos presienten: discusiones entre los padres, alejamiento, enfermedad o muerte de un familiar, crisis personales, problemas laborales, económicos, por nombrar algunas de ellas.

4. Cada niño tiene su propia modalidad para comunicar su dificultad para entender lo que está pasando. Confiemos entonces en nuestra intuición de madres: encontraremos el momento más adecuado para hablar al niño, con las palabras que nos dicta el corazón, aunque sólo sea para decirle: "entiendo que para ti también es difícil todo esto, pero puedes contar conmigo, intentaré comprenderte".


Haz que tu hijo sea más sociable


Como siempre que hablamos del aprendizaje de nuestros niños, debemos tener en cuenta la forma de aprender que tienen y la que les resulta más fácil.

Normalmente los niños muy pequeños aprenden imitando a sus mayores y desde luego, éstas serán las bases para que el niño siga fomentando estas habilidades cuando sea más mayor.

¿Qué haces para ayudar a tu hijo a vencer su timidez?


Por esto es importante que el niño tenga en sus mayores un ejemplo de sociabilidad, al igual que lo son para otras muchas cosas.
Las casas en las que existen muchas discusiones, o en las que se pierde el respeto por los derechos del otro (cogiendo cosas prestadas sin permiso, fastidiando al otro a drede, etc) son casas aptas para que sus habitantes generen esas actitudes para con el resto.El niño pequeño en esta casa aprenderá a no respetar al otro y más tarde lo practicará en el colegio. Para él es normal porque es lo que ha vivido siempre y necesitará nuevas pautas de aprendizaje difíciles de aprender si en casa todo sigue igual. 

Lo mismo sucederá en casas con pocas visitas o con padres poco comunicativos. A menudo podemos encontrarnos en una comunidad de vecinos o en un chalet en el que las posibilidades de charla con los demás son difíciles por las diferencias de edad de los miembros o por la lejanía con el vecino de al lado. Todos somos celosos de nuestra intimidad, pero si nuestro niño nos ve hablar con el vecino un rato o con el panadero del barrio, aprenderá a comportarse igual y estaremos formando las base para que sea una persona sociable. 

También es importante que en estas primeras edades detectes problemas de autoestima o de inseguridad. Los niños tímidos no confían en sí mismos y lo pasan mal, si lo detectas a tiempo puedes ayudarle a cambiar y a socializarse más. Prémiale las conductas de cercanía hacia otros niños y dale refuerzo en la distancia con la mirada o con los gestos para que se sienta más protegido. Poco a poco comprobará que todos sus miedos son infundados y que puede jugar como el resto. Si consideras que el problema se agranda busca ayuda profesional. En niños pequeños es relativamente fácil cambiar sus comportamientos con pautas sencillas para los padres.

Intenta ser sociable con tu entorno y tu hijo aprenderá de ti


También podemos encontrarnos a parejas muy diferentes entre sí. Puede ser que uno de los miembros sea el tímido y el otro el más sociable, no focalicéis la atención del niño y el cuidado en uno de los dos ya que no estará equilibrado. Si el niño pasa el mayor tiempo con el padre tímido o callado, procurad reforzar esto y cubridlo con tiempo que le dedique la otra persona. Un padre tímido generará un hijo tímido en muchos casos, por eso tendréis que repartiros el tiempo para que el niño pueda aprender de los dos.
El padre sociable reforzará la interacción con otras personas y el padre tímido se ocupará de otros aspectos. Procurad que vuestro hijo aprenda de cada uno lo mejor de vosotros mismos. Aunque no siempre lo conseguiréis el trabajo en equipo tendrá sus frutos. Dedicadle tiempo para explicarle las cosas y los comportamientos adecuados. Recriminándole no aprenderá nada nuevo en positivo y cuando le castigues por una actitud antisocial, explícale porqué y cual es el comportamiento bueno que esperas de él, así no estará

Cuando juega con otros niños...
También es importante enseñar a nuestros niños cual es la mejor manera de comportarse cuando está jugando en grupo. Cuando son pequeños están acostumbrados a ser el centro de atención y si el grupo no atiende a sus deseos es probable que se enfaden.

Como padres, tendremos que enseñarles a reflexionar y a valorar la situación. ¿Qué es más importante? ¿Jugar y divertirse o jugar a lo que yo quiero? Las dos cosas son importantes para él pero puede aprender a tener paciencia, a jugar con los demás y después jugar a lo suyo. Suelen aburrirse con facilidad y necesitan juegos nuevos, entonces será el momento para proponer el suyo.
Tiene que aprender a ser más flexible y a no imponer su criterio, si no, los demás se enfadarán con él y no querrán que participe en el juego. Será muy útil enseñarles con ejemplos cogidos de vuestra vida cotidiana, por ejemplo: “cuando nqueríais ir con los amigos a algún sitio y luego cedisteis porque ellos fueron con vosotros otro día al sitio que queríais”.

Tenéis que enseñarle a solucionar sus problemas con otros niños, no vale el “no le hagas caso”, “pasa de él”, porque es una forma de tranquilizarle en un primer momento, pero no estará aprendiendo estrategias para enfrentarse a las personas conflictivas en un futuro. Enséñale a que defienda sus ideas y a que no se deje achantar por el líder. Tienen que aprender a escuchar y a pedir perdón cuando proceda. Cuando son pequeños saben sacar la rabia y el disgusto pero no saben que hacer y si sus mayores no están ahí para darles soluciones, se sentirán perdidos e indefensos y aprenderán a adaptarse a la situación de manera pasiva. A la larga tendréis un niño con problemas de inseguridad que no sabrá expresar sus sentimientos.

Algunos consejos

Sin salir fuera de casa puedes hacer que tu hijo aprenda socialización:
Déjale que marche a casa del vecino a jugar, también puedes organizar reuniones con otros niños en casa para que realicen juegos comunitarios en los que el compañerismo y el apoyo mutuo les lleven a ganar, todas son buenas maneras de aprender.

En la escuela a menudo organizan actividades de ocio y extraescolares que ayudan a los niños a conocerse mejor y a hacer nuevas amistades. Los grupos de boys-scout también nos servirán, talleres de dibujo o plastelina, todo lo que sea interacción con los demás les vendrá bien. El objetivo es no tener a un niño encerrado en casa con su cuidadora todo el día, necesita refuerzo por muchas vías (padres, familia, amigos, cole, etc)

En invierno resulta más difícil salir de casa y tenerlos más entretenidos por lo que es importante que organicéis actividades y planes para el fin de semana. Podéis quedar con amigos que tengan niños de su edad para que jueguen en el centro comercial o en el parque infantil y organizar las vacaciones navideñas o las de verano con parejas como vosotros, los niños se entretendrán y vosotros también

Por qué se han vuelto tímidos o inseguros?


No se sabe bien el origen de la timidez e inseguridad y sobre ello hay muchas teorías.
- El miedo. Dicen que lo que está inmediatamente debajo de la superficie de la timidez, es el miedo. El tímido es con frecuencia una persona miedosa.
Hay varias clases de miedos. Hay miedosos que temen quedar mal, no hacer con éxito lo que otros le puedan pedir; por eso temen jugar con otros (el niño tímido escapa corriendo de los juegos de prendas). Otros temen expresarse ante los demás y dar su opinión, un miedo que les puede hacer sufrir durante toda su vida o parte de ella.
Otros temen al ridículo, que se rían de ellos, que les vean como especiales. Es un temor a sufrir un daño psicológico. En los casos más profundos son personas que no están nunca relajadas y felices, aunque aparentemente ríen, juegan, saltan, pero permanecen tremendamente suspicaces, no tienen "anchas espaldas" ante las bromas y los chistes.

- Los sentimientos de inferioridad. Suele considerarse como otra de las causas de la timidez e inseguridad. No se sabe cómo surgió el sentimiento de inferioridad o la autoevaluación negativa en ciertos niños. Pero de hecho no confian en sus posibilidades, se sienten débiles y no preparados para la vida, carecen de asertividad y no saben defenderse bien de la manipulación. Muchos de ellos no se evalúan con justicia, pues sus cualidades son mejores de las que ellos creen. Esta inferioridad les va a impedir en su vida muchas posibilidades profesionales. Hay tímidos que no quieren ascensos ni retos profesionales.
- Torpeza psicomotriz. Muchos niños o adolescentes son demasiado precavidos a la hora de participar en actividades de grupo, porque tienen una coordinación psicomotriz poco brillante que les lleva a ser torpes en sus movimientos y a quedar mal en los deportes. Todo ello les lleva a desarrollar un sentimiento de incapacidad fisiológica. A veces estas dificultades vienen de un conflicto interno, no porque tengan defectos fisiológicos sino porque creen que los tienen.

Las causas profundas

¿De dónde surgieron todos esos miedos, sentimientos de inferioridad o torpezas? La herencia, los genes no trasmiten el miedo o la inferioridad. Trasmiten más bien unas disposiciones y un sistema nervioso más o menos sensible.
Muchos creen que la verdadera causa son las experiencias de incapacidad, inseguridad, miedo... de la primera infancia. Es muy dificil saber cuáles fueron los elementos detonantes. En todo caso es algo original, primitivo, que incide sobre un temperamento, un sistema nervioso muy sensible, como acabamos de decir; aunque hay gente sensible que es claramente social y arriesgada. Quizá hubo un momento en que esa sensibilidad se enfocó a un temor hacia sí mismo, a valorarse negativamente a sí mismo, etc. por celos entre hermanos, o por no ser afectuosamente tratados.

Reforzadores de la timidez e inseguridad

El niño, que desde muy pequeño empieza a mostrar una tendencia a la timidez e inseguridad, tiene a veces la desgracia de que, en su educación y crecimiento, se encuentra con "reforzadores" de esa actitud.
- La timidez de los padres. Es algo contagioso. Los padres tímidos suelen producir hijos tímidos, no porque la timidez sea algo que se hereda, sino porque existe una comunicación ambiental, cuando, por ejemplo, los padres mismos temen los contactos sociales y los peligros.
- La super protección. Hay padres y madres que "guardan" a los hijos y quieren enmendar la plana a la vida para que no haya riesgos. Sabemos que desde que nacemos hasta que morimos la vida es un riesgo continuo, pero hay gente que no ha asumido esto de ninguna manera. La superprotección excesiva de todo riesgo puede crear en el hijo/a una sensación de temor a lo desconocido, a cualquier cosa imprevista.

- Las excesivas expectativas. Hay padres que exhiben a sus hijos, les alaban en público y les crean falsas expectativas. Cuando aquel niño pequeño encontró una cosa debajo del armario, los padres pensaron "tenemos un genio en casa". Si a continuación empezó a sacar buenas notas en Primaria, le crearon una expectativa que le obligó a desempeñar el papel de listo e ingenioso, lo que le crearía un sufrimiento continuo cuando empezó a sospechar que no iba a poder quedar a la altura de las expectativas.
- Las críticas y burlas. El desprecio y la burla afectan mucho al que ya es tímido o inseguro de origen. Hay padres y educadores que lo hacen directa o indirectamente. Que se ría de mí mi enemigo o una persona que desconozco, es desagradable. Pero que se ría de mí mi amigo, mi profesor, mi padre o mi madre, eso es mucho peor. Cuanto más cercana es la persona, más grave es el efecto de su burla. Hay una regla de oro en los tratados de la inteligencia emocional que dice: "trata a tu hijo como quieres que los demás le traten".
- Los cambios en la situación familiar. Son circunstancias que también refuerzan la timidez. El niño mayor, al nacer otro hermano, se volvió tímido porque interpretó que se le retiró el cariño. Un menor de cinco hermanos se encontró con que todo el mundo le quería educar, como si tuviera seis padres encima de él; unos le exigían más, otros menos, y otros no le entendían...
- La impaciencia. Los padres y profesores nerviosos e impacientes, que exigen las cosas con prisa y rapidez, refuerzan la timidez. Muchos tímidos son precavidos y lentos, no se les pueden pedir las cosas con impaciencia.

Líneas de ayudaa

A) No empezar atacando los síntomas de frente.
Los síntomas caen cuando se ataca la causa, por ejemplo el miedo. Vayamos quitándole el miedo y dejémosle en paz si tartamudea o se pone rojo, o no tiene amigos todavía. No ataquemos los síntomas sino los problemas de fondo. Por eso no es bueno hablarle de su defecto.

B) Darle oportunidades.
Es importante proporcionarles ocasiones para habituarles a los contactos sociales. Las actividades para escolares deportivas y culturales de los colegios, ayudan a los niños a superar la timidez porque se relacionan con otros en grupos más pe-queños; mucho mejor que en la clase ordinaria, donde se bloquean con treinta compañeros en situación de competitividad.

C) Proporcionar éxitos
Lo que más motiva es el éxito, aunque también es positiva la alabanza discreta. Los pequeños éxitos hacen que el niño crea en sus posibilidades. Por eso son tan positivas las actividades para escolares en las que él encuentra satisfacciones y éxitos que no encuentra en la vida académica. Por eso también el sistema escolar se esfuerza hoy por atender a la diversidad y adaptar el programa a diversos niveles, avanzando hacia una enseñanza personalizada.
Los profesores de apoyo y los programas especiales de estimulación intelectual, empiezan por abajo, dando pequeños pasos y proporcionando pequeños éxitos. La dinámica positiva tiene tres partes: primero se le facilita un éxito con una tarea a la altura de sus posibilidades; en consecuencia el niño logra hacer algo satisfactoriamente; y finalmente se le alaba. Es una alabanza discreta y positiva porque recae sobre hechos reales, no sobre supuestas cualidades de la persona.

D) Relajar tensiones
Se logra en la relación personal, en el diálogo-comunicación con empatía y auténtica escucha. Un niño dificil es como una botella de gas a presión; y lo que mejor destapa esa botella sin estallar, es el diálogo. Aceptándole como es y logrando que él sienta que le queremos como es, se relaja y es capaz de expresar lo que le pasa. Los tímidos suelen tener dentro sentimientos conflictivos y necesitan una mano terapéutica que haga salir fuera estos sentimientos, que los exprese, que los vea e intente calificarlos. Llegará un día en que el niño diga casi llorando, como ocurre en muchas entrevistas clínicas, "es que tengo miedo a..."
Esto puede ser tarea de un especialista, pero muchos padres y educadores pueden lograr bastante en esta línea. En todo caso, enviarle a un especialista no nos inhibe a nosotros de escucharles y aceptarles como son.
E) Las terapias específicas
La psicología conductista ha logrado en muchos casos desbloquear los síntomas cuando ya se habían convertido en causas, creando un círculo vicioso. Hay terapias para superar la tartamudez, la defectuosa psicomotricidad, etc.; la solución de estas dificultades puede ayudar eficazmente a que el tímido pase a enfrentarse con las causas de fondo subyacentes. Pero ocurre a veces que la causa de fondo ha desaparecido, y permanece el síntoma que se ha encasquillado y se ha convertido en causa de la inseguridad o timidez.

1 comentario:

DE MIGUEL dijo...

En cuanto a la inseguridad en el adolescente, es difícil saber como actúar. Porque en nuestro caso, somos un matrimonio con un caso de inseguridad en un adolescente de 14 años, que le está llevando al miedo constante al "qué dirán" y a buscar la aprobación de antemano de todo lo que haga. Tal es así que si no la consigue con antelación o no está seguro de conseguirla, tiene una faceta de "adivino" que le lleva a pensar siempre en lo crítico que se va a ser con él, de manera que llega a preferir autoapartarse de todo antes que ni siquiera pensar que pueda ser criticado. Faceta esta que le está llevando a autoinfringirse un aislamiento del que ni él siquiera está satisfecho, y esto dura ya demasiado tiempo, casi tres años. Aún así, sus estudios presentan un expediente casi inmejorable, y aunque también recibe "guasas" dentro de sus amistades, es por ahora algo que si tiene claro, y es el tener una buena formación para obtener lo mejor para sí en el futuro. Pero, ¿como vencer al resto?, ¿como hacerse inmune al entorno, para poder disfrutar de si mismo y de lo bueno que le rodea?