martes, 21 de octubre de 2008

¡ Qué hijo más difícil, no hace caso de nada!


Trastorno con Conducta Oposicionista y Desafiante

Algunos padres se sienten desesperados ante algunas conductas de desobediencia reiterativas de sus hijos; le advierten una y otra vez de castigos si no hacen caso; han de realizar un ejercicio de autocontrol ante las rabietas de sus hij@s por instrucciones a veces básicas; observan día a día las dificultades para aceptar un No como respuestas: estas y otras conductas pueden indicar la existencia de un trastorno que requiere consulta con los especialistas. Los niños al cumplir los dos, tres años suelen mostrar un comportamiento caracterizado por su terquedad, oposición a los padres y maestros, que suele ser más evidente en la adolescencia. Este comportamiento en sí mismo no presenta ningún tipo de anormalidad o anomalía alguna. Sin embargo, cuando estos síntomas se hacen más frecuentes, repetitivos y se convierten en un comportamiento agresivo hacia los demás, influyendo en su vida escolar, social y académica, entonces hay que comenzar a pensar que allí puede haber un posible trastorno de la conducta

El trastorno con conducta oposicionista y desafiante es un trastorno del comportamiento, normalmente diagnosticado en la niñez, que se caracteriza por comportamientos no cooperativos, desafiantes, negativos, irritables y fastidiosos hacia los padres, compañeros, maestros y otras figuras de autoridad. La angustia y la preocupación que los niños y adolescentes con TCOD provocan en los demás son mayores que las que ellos mismos experimentan. Este tipo de trastorno es característico de niños con edades por debajo de los 9 ó 10 años. Viene definido por la presencia de un comportamiento marcadamente desafiante, desobedientes y provocador y la ausencia de otros actos disóciales o agresivos más graves que violen la ley y los derechos de los demás

¿A quiénes afecta el trastorno con conducta oposicionista y desafiante?

Los trastornos del comportamiento, como categoría, son sin duda la causa mas común de remisión a los servicios de salud mental para niños y adolescentes. Las estadísticas indican que el trastorno negativista desafiante afecta a 20 por ciento de la población de edad escolar. El TCOD es más común en los niños que en las niñas.

¿Cuáles son los síntomas del trastorno con conducta oposicionista y desafiante?

La mayoría de los síntomas observados en niños y adolescentes que tienen TCOD también se observa a veces en niños que no lo padecen, especialmente alrededor de los 2 ó 3 años de edad o durante la adolescencia. Muchos niños, especialmente cuando están cansados, con hambre o disgustados, tienden a desobedecer, discutir con sus padres y desafiar la autoridad. Sin embargo, en los niños que tienen el trastorno con conducta oposicionista y desafiante, estos síntomas ocurren de forma más frecuente e interfieren con el aprendizaje, la adaptación en la escuela y, algunas veces, con las relaciones del niño con los demás.

Los síntomas del trastorno con conducta oposicionista y desafiante pueden incluir los siguientes:

Se enfadan con relativa frecuencia, se encolerizan. Es muy habitual en ellos las rabietas de todo tipo; pierden con facilidad la paciencia.

 Discuten continuamente con los adultos.
Desafían las reglas de los adultos, negándose a realizar las tareas de la casa, por ejemplo. Son provocadores.
Son niños que intentan en todo momento molestar y fastidiar de una manera deliberada a las personas que les rodean.

 Culpan y reprochan a los demás de sus propios errores.

 Suelen estar coléricos y resentidos con todo lo que les rodea. Se molestan con facilidad y son quisquillosos e irritables. Su comportamiento está dirigido a molestar o enojar a los demás, incluyendo los adultos

En ocasiones, los niños pueden presentar unos síntomas parecidos a los que caracterizan este trastorno, pero que son pasajeros y propios de la edad. Los padres y profesores tendrán que estar atentos a estas diferencias, ya que para que se pueda hablar de trastorno estos síntomas se deben presentar con una gran frecuencia, además de interferir en el aprendizaje, la adaptación en la escuela y, algunas veces, con las relaciones personales del adolescente.

Algunos de los síntomas del TCOD pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas del comportamiento (Trastornos depresivos con manifestaciones conductuales) o estar acompañando a otros Trastornos infantiles, como a la Hiperactividad. La diferencia clave con otros tipos de trastornos disóciales es la ausencia de violación de las leyes o de los derechos fundamentales de los demás, tales como el robo, la crueldad, la intimidación, el ataque o la destrucción. La presencia definitiva de cualquiera de estas formas de comportamiento excluye el diagnóstico. Siempre consulte al especialista para el diagnóstico.

Causas que originan el trastorno oposicionista

Las principales características de este trastorno vienen determinadas por una serie de situaciones caracterizadas por una falta evidente de cooperación, desafío y comportamiento hostil hacia todo aquello que indique autoridad

Las causas que ocasionan este trastorno, son hoy en día motivo de discusión, al considerar algunos expertos que éstas son desconocidas. Sin embargo, hay otros que consideran que estas causas hay que buscarlas dentro del ámbito familiar, basándose en la opinión de algunos padres que dicen que su niño con Trastorno Desafiante y Oposicionista era más rígido y demandante que sus hermanos desde su más temprana edad. A estos habría que añadir una serie de factores biológicos, temperamentales y ambientales, como causantes de este trastorno.
 que han llevado a analizar como posibles causas en la aparición de este trastorno dos teorías, conocidas cada una de ellas como teoría del desarrollo y teoría del aprendizaje, respectivamente.


La teoría del desarrollo, parte de una edad muy temprana en el niño, cuando éste tiene entre uno y dos años de edad, momento en el que encuentra problemas de autonomía, los niños y adolescentes que desarrollan TCOD pueden encontrar dificultades para aprender a separarse y volverse autónomos de la primera persona a la cual se encuentran ligados emocionalmente. Como consecuencia de ello surgen unas actitudes negativas que son consideradas como una continuación de “las cuestiones normales del desarrollo que no se resolvieron de forma adecuada durante los primeros años de vida”.


La segunda de las teorías es la teoría del aprendizaje, para quien “las características negativas del trastorno de conducta oposicionista y desafiante son actitudes aprendidas que reflejan los efectos de modelos de crianza negativo empleadas por los padres y figuras de autoridad”.



¿Cómo se diagnostica el trastorno con conducta oposicionista y desafiante
?

Los padres, maestros y otras personas figuras de autoridad del entorno del niño o del adolescente suelen identificar al niño o adolescente que tiene el trastorno. No obstante, un Pediatra o un profesional de la salud mental están capacitados normalmente para establecer el diagnóstico. Una historia detallada del comportamiento del niño por parte de los padres y maestros, observaciones clínicas del comportamiento del niño y, algunas veces, un examen psicológico contribuyen a realizar el diagnóstico.. El tratamiento temprano puede prevenir a menudo problemas futuros.
Además, el trastorno con conducta oposicionista y desafiante a menudo se manifiesta junto con otros trastornos de la salud mental, como los trastornos del estado de ánimo, de ansiedad, de conducta y el trastorno de déficit de atención con hiperactividad, lo que acentúa la necesidad de un diagnóstico y un tratamiento tempranos. Consulte al Pediatra de su hijo para obtener más información.

Tratamiento del trastorno con conducta oposicionista y desafiante
:

El tratamiento específico del trastorno con conducta oposicionista y desafiante será determinado por el especialista de su hij@ basándose en lo siguiente:
La edad de su hij@, su estado general de salud y sus antecedentes médicos
La gravedad de los síntomas
Las expectativas para la evolución del trastorno
Criterios de ajuste práctico

El tratamiento puede incluir:

Psicoterapia individual
:
La psicoterapia individual suele emplear un enfoque cognitivo conductual para aumentar la capacidad del paciente para resolver los problemas y sus habilidades de comunicación y de control de la ira y el impulso.
Terapia familiar:
La terapia familiar tiene a menudo como objetivo la introducción de cambios en la familia, como por ejemplo, mejorar la capacidad de comunicación y fomentar la interacción entre los miembros de la familia. La crianza de los niños que tienen TCOD puede ser una tarea muy difícil para los padres. Los padres necesitan apoyo y comprensión y también necesitan desarrollar enfoques más eficaces para la crianza de los hijos.
Terapia grupal con iguales:
La terapia de grupo con pares a menudo se centra en el desarrollo y utilización de las habilidades sociales e interpersonales.
Medicamentos:
Si bien no se consideran eficaces para el tratamiento del ODD, pueden utilizarse medicamentos si otros síntomas o trastornos están presentes y responden al medicamento.

¿Cómo prevenirlo?



En primer lugar, se debe llevar a cabo una buena labor preventiva y de intervención precoz del trastorno. Para ello se evitarán todo tipo de situaciones negativas dentro del ámbito familiar y social, que son generadoras de conductas desafiantes y oposicionistas.

 Potenciar todas aquellas habilidades encaminadas a favorecer la comunicación entre los diferentes miembros de la familia.

 Controlar las emociones de enojo y todas las conductas negativas que pueden llevar a enfrentamientos. 

 Eliminar todo tipo de situaciones conflictivas en el ámbito familiar y escolar.

 Lograr una correcta adaptación al ámbito escolar.

2 comentarios:

I. Manuel dijo...

Mi hijo de 12 años no acepta un NO para nada.
No va bien el los estudios, y a partir a ahí ha venido todo el problema. No acepta tener unas mínimas obligaciones ni en casa ni escolares. Si se le corrige o incluso castiga por alguna acción incorrecta u omisión de sus obligaciones, da lugar a una reacción muy irascible, grita y llora desconsoladamente, a veces con ansiedad, lo que provoca situaciones da mucha tensión. No pide las cosas, las exige como un derecho. Es muy difícil hablarle sin que la situación llegue a ser verdaderamente incómoda. Sólo intentamos explicarle que para recibir tambien hay que dar, y es algo que no comprende, se cree acorralado por nosotros, y por lo tanto no acepta nada.
A la vez de esto, en el colegio ha tenido un problema con un "compañero", que sin llegar a mayores, tampoco le ha venido nada bien, aunque parece ser que ha sido atajado a tiempo.
Es una situación muy difícil, y no sabemos que hacer.

Juan Manuel dijo...

Mas o menos me pasa lo mismo con mi hijo de 12 años, a veces se pone a romper algo de rabia, lo veo con mucha ansiedad, la verdad no se que hacer o como hacer