jueves, 1 de mayo de 2008

CUANDO L@S NIÑ@S ESTAN TRISTES

Depresión Infantil


L@s niñ@s y los adolescentes pueden sufrir de depresión al igual que los adultos. Se habla en estos casos de depresión infantil. Esta alteración se presenta de muchas formas con grados y duración variados. Se define como un Trastorno cuando la condición depresiva persiste e interfiere con las capacidades y acción de la persona. Normalmente todo ser humano hace depresión en situaciones de maltrato específicas. Lo que es muy importante de considerar tanto para su tratamiento como para su prevención.
L@s niñ@s que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida importante o que tienen desórdenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresión. Dos son los factores de riesgo más destacados en esta patología. En primer término está el que ella tiende a presentarse en determinadas familias, y las experiencias de pérdidas significactivas para el niñ@. Y en segundo término, la existencia de situaciones de maltrato (físico y/o psicológico) en la infancia.

Síntomas en la depresion infantil

La depresión en l@s niñ@s se puede identificar por los siguientes síntomas, algunos similares a los del adulto deprimido:

- Quejas frecuentes de enfermedades físicas, p. Ej. Dolor de cabeza o de estómago.
- Pensamientos o expresiones suicidas o actuaciones autodestructivas.
- Sentimientos de desesperanza
-Tristeza persistente, lloriqueo y llanto excesivo
- Sensación de aburrimiento persistente y falta de energía.
- Pérdida de interés en sus actividades preferidas; o incapacidad para disfrutar de ellas.
- Alteración en los patrones de comer y de dormir
- pobre concentración.
-Problemas para relacionarse con sus pares y familiares.
- Deterioro en los estudios y ausencias frecuentes de la escuela.
- Aislamiento social, comunicación pobre.
- Hablar de o tratar de escaparse de la casa.
- Alta sensibilidad al fracaso y al rechazo.
- Ataques de rabia u hostilidad persistente.
- Baja estima y sentimientos de culpabilidad

Es sumamente importante el que los padres y los adultos relacionados con el niño conozcan esta sintomatología, lo que indudablemente da la posibilidad de una intervención temprana. Es así como niñ@s y adolescentes deprimidos pueden mostrar cambios en su modo de ser habitual. Aquel que era muy sociable pasa a estar solo la mayor parte del tiempo. O pierde interés por todo. Y las cosas de que gustaba dejan de agradarlo. Igualmente, en ocasiones los niños y adolescentes deprimidos se refieren a que quisieran estar muertos o pueden hablar del suicidio. También, tratando de sentirse mejor pueden recurrir al alcohol u otras drogas (adolescentes).

Por otra parte y paradójicamente, sucede con cierta frecuencia que se portan mal en la casa y en la escuela sin que nadie se dé cuenta de que están sufriendo de depresión porque eventualmente no parecen estar tristes. Entonces, para los padres y los maestros se trata simplemente de mala conducta. Aunque, algunas veces ellos admiten que están tristes o que son infelices (evidentemente en confidencias con quienes tienen confianza).

INFLUENCIA DE LA FAMILIA Y LA ESCUELA EN LA DEPRESIÓN INFANTIL


La familia es el entorno más inmediato del niñ@, su microcosmos y en sus cuidados y atención se basa la posibilidad de supervivencia del sujeto humano, pero no sólo su supervivencia física, sino personal ya que el niño desde los 0 meses hasta los 3 años, desarrolla todos los elementos básicos con los que más tarde va a construir su vida futura: lenguaje, afectos, hábitos, motivaciones.
El apego con el que la madre y el hijo se implican mutuamente es el vehículo de una adecuada integración social y personal del niño. Los apegos inseguros se han relacionado con todo tipo de problemas de conducta y también con la depresión, así como un apego seguro es la meta ideal de prevención de la aparición de depresión infantil. Así mismo la depresión materna aparece claramente definida como uno de los factores de riesgo asociados al desencadenamiento de una depresión en el niñ@.
 Más tarde también son indispensables para el normal desarrollo emocional del niño las buenas relaciones con los padres. Una y otra vez numerosos expertos han señalado cómo las malas relaciones con los padres son la fuente específica de muy diversos problemas infantiles, y también claro está de la depresión. 
En relación con la familia también se ha estudiado el puesto que se ocupa entre los hermanos. En muchas investigaciones aparece la posición intermedia como la más vulnerable a desarrollar trastornos de tipo emocional.

Los padres deben prestar especial atención a la construcción de una adecuada autoestima y autoeficacia en el niñ@, así como incentivar en ellos la capacidad de afrontamiento, y el manejo adecuado de la frustración, todo ello constituye la prevención primaria de la DI.


En cuanto a la escuela, sabemos que la localización precoz de cualquier deficiencia de aprendizaje en un niño y su pronta solución es imprescindible para lograr una situación de progreso normal y aceptable, eliminando así la posibilidad de trastornos afectivos que conlleven a la aparición de depresión infantil. Muchos autores han relacionado la DI con el rendimiento escolar, unas veces considerándolo como causa y otras como efecto de la depresión. De hecho un niñ@ deprimido puede descender su ejecución en la escuela, pero también puede comenzar sus síntomas depresivos por un fracaso académico. De allí radica la importancia de una buena evaluación y seguimiento por parte del maestro para detectar estos cambios en el alumno.

¿QUE HACER? : Breves indicaciones sobre el tratamiento

Primero que nada entender que este es un trastorno susceptible de ser tratado con éxito.

Los padres o adultos a cargo de los niños afectados pueden intentar distintas acciones y se trata básicamente de trabajar sobre las situaciones que afectan en la depresión que viva el niñ@ o adolescente. Esto nos brinda la oportunidad de superar esta problema en corto tiempo, es importante hacer todo lo posible por armar un equipo de trabajo multidisciplinarlo.

Es necesario considerar las principales y más frecuentes situaciones que ocurren en las depresiones infantiles como las situaciones de pérdida específicas de personas (duelos y separación), de animales, de cosas (juguetes, etc.), en relación a personas individuales como rechazo y expulsión de grupo, deterioro de la estima en ambientes académicos, en círculo de amistades, en el seno de la familia.

Intente evitar lo que estimule sentimientos negativos, disminuya las expresiones de consuelo al mínimo y sustitúyalas por apoyo y ayuda. Intente desviar la atención en lo posible de los hechos perturbadores (distraer al niño con juegos, paseos, reunión con amiguitos o familiares, TV, etc.).Estimule el desarrollo de méritos valorados en el ambiente de que se trate, estimúlelos a hacer cosas consideradas útiles que abran la posibilidad de algún reconocimiento o le permitan a usted felicitarlos por ello. Explorar la posibilidad de compensación o reemplazo como hacerse de un nuevo animalito, regalarle otro juguete, compensarlo con expresiones afectivas razonables. Buscar otras alternativas de satisfacción, otros grupos, otras actividades, entretenimientos u otras amistades. Podemos estimulándolo a integrarse a otros grupos en que tenga mejores posibilidades de ser acogido.


El tratamiento por los especialistas ante todo debe ser individualizado, adaptado a cada caso en particular y a la fase del desarrollo que se encuentra el niñ@, en base a: su funcionamiento cognitivo, su maduración social y su capacidad de mantener la atención.
 Debe además involucrar de una manera activa a los padres, y realizar intervenciones hacia el entorno del niño (familiar, social y escolar).
 El tratamiento incluye: Psicológico, Farmacológico y Familiar.

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