viernes, 25 de abril de 2008

¿ COMO EDUCAMOS A NUESTROS HIJOS?

Formas de educar: Estilos educativos

Una de las responsabilidades que los padres y las madres tenemos con los hijos y con las hijas es la de protegerles, o sea, cuidarles y atender sus necesidades, tanto las físicas como las de tipo psicológico.
Para que los hijos se sientan protegidos precisan de los padres y de las madres: aceptación plena; que les demos amor de manera incondicional, sin supeditar nuestro amor a sus conductas, por consiguiente, evitando manifestaciones del tipo: “Si lloras no te querré”; y establecer unos límites adecuados, que les den seguridad y les ayuden a desarrollar las cualidades que consideremos importantes para ellos: responsabilidad, respeto, autonomía, autoestima...

Los estilos educativos son las diferentes formas en que padres e hij@s se relacionan entre sí. Así, el estilo educativo lo va a configurar el conjunto de ideas, creencias, valores, actitudes y hábitos de comportamiento que los padres mantienen respecto de la educación de sus hijos y que guían y orientan su relación con éstos.

De modo resumido podemos señalar dos dimensiones básicas para estudiar los diferentes estilos educacionales:
1) Exigencia paterna ( dos extremos que irían desde un control riguroso y extremo al otro extremo de padres que influyen poco o nada en la conducta de sus hij@s)
2) Disposición paterna a la respuesta (Estarian padres que escuchan, mantienen conversaciones y negocian con sus hij@s de modo razonable a padres que rechazan a sus hij@s y que no muestran interés por las demandas de sus hijo@s)

Según las características antes señaladas, se han definido cuatro estilos básicos, aunque no son estilos puros; cada uno de nosotros tenemos tendencia a emplear uno de ellos más que los otros. La ventaja de conocer las consecuencias de cada estilo es que podremos mejorar nuestra labor como padres y educadores.
Pero pasemos ya a definir cada uno de los estilos educativos y las consecuencias que tienen en nuestros hijos cada uno de ellos, señalando que el estilo particular de cada progenitor se sitúa en alguna parte del continuo definido por los extremos de las dos dimensiones señaladas.

Cómo son los padres Autoritarios:

Estos padres son los que ejercen el mayor control sobre sus hijos y a la vez los que les demuestran menos afecto. Su frase favorita es “porque yo te lo digo”. El 60% de las veces que estos padres se dirigen a sus hijos es para darles órdenes.
Imponen disciplina mediante castigos físicos y verbales, y utilizan el amor hacia el hijo como moneda de cambio para conseguir lo que desean: “si haces eso ya no te quiero”. Castigan el más mínimo error.
A los padres autoritarios les resulta muy difícil controlar sus enfados y suelen pagar las consecuencias de su mal humor con los hijos. No dialogan porque no tienen habilidades negociadoras. Para salirse con la suya, imponen sus argumentos y no admiten réplicas.

Cómo son los hijos de padres autoritarios:


Si acatan bien las normas pueden destacar en la escuela, pero también pueden rebelarse ante ellas. Son niños de mentalidad muy rígida a los que les cuesta cambiar de ideas.
Tienen un bajo autoconcepto y dificultades para tomar iniciativas por sí mismos.
Son niños agresivos. Si la agresividad la dirigen hacía sí mismos pueden somatizar enfermedades, volverse huraños y padecer fobias y terrores nocturnos. Si la agresividad la dirigen hacia fuera pegan a sus compañeros o rompen cosas, consiguiendo el rechazo de los demás, lo que les hace sentirse menos queridos y más agresivos, cerrando el círculo vicioso.

Cómo son los padres Evitativos:

Los padres evitativos toleran muy bien los errores de sus hijos, incluso los más graves. Prefieren no enfrentarse a los hijos para no tener conflictos con ellos. Son indulgentes y permisivos en exceso.
En los hogares de este tipo de padres no existen normas, y se deja que cada uno se las arregle como pueda. Delegan la responsabilidad de la educación en profesores, vecinos, etc.
Este estilo se caracteriza por la indiferencia, tanto hacia las actitudes positivas como negativas, aunque presentan estallidos ocasionales de ira cuando consideran que los hijos se han pasado demasiado. Son padres permisivos y no ofrecen un modelo de referencia que sirva a los hijos para saber cómo deben comportarse.

Cómo son los hijos de padres evitativos:

Son niños inestables, con dificultad para plantearse metas y para trabajar en equipo. Suelen ir mal en la escuela porque no están acostumbrados a esforzarse.
Son niños muy dependientes de los demás. Como se sienten faltos de afecto se van con cualquiera que les acepte. Son propensos a elegir malas compañías y a tener conductas desviadas, a hacer gamberradas, a cometer pequeños delitos, a consumir drogas…

Cómo son los padres Sobreprotectore
s:

Los padres de estilo sobreprotector intentan controlar a sus hijos por medio del chantaje emocional: “Vuelve a la hora que quieras que ya me quedo yo esperándote, preocupada y sola”.
Son padres que no pueden soportar la frustración del hijo y se anticipan incluso a sus deseos. No le dejan pensar, tomar iniciativas poder equivocarse. Potencian las conductas de apego permanente dificultando su individuación, separación y socialización con iguales. Se sienten responsables de los problemas de sus hijos y se culpan por tener que imponer normas, así que no lo hacen. Para que el hijo cumpla le acosan con chantaje emocional. Responsabilizan de cualquier acto al exterior antes que culpabilizar al hijo. Los niños sobreprotegidos no asumen responsabilidades ni desarrollan sus capacidades porque no les dejan. El padre y la madre les hacen las tareas y deciden por ellos. Esto tiene como resultado que los niños suelen sentir miedo, inseguridad, autoestima mermada y dificultades para tomar decisiones, lo cual les lleva a depender en exceso de los demás.

Con frecuencia este estilo se emplea cuando el hijo ha padecido alguna enfermedad, o cuando los padres tienen problemas entre sí y se vuelcan en el hijo.

Cómo son los hijos de padres sobreprotectores:

Son niños incapaces de soportar la más mínima frustración. Tienen muy poca capacidad para controlar sus impulsos.
Son niños inseguros que no saben cómo enfrentarse a los demás cuando no están bajo la tutela de sus padres. No dan valor a nada porque no les ha costado ningún esfuerzo conseguir lo que tienen. Son egoístas ya que están acostumbrados a que los demás estén pendientes de sus necesidades.

Cómo son los padres Asertivos:

Los padres que utilizan el estilo asertivo plantean normas claras, con exigencias adecuadas a cada edad. Utilizan una comunicación abierta y escuchan las necesidades de los hijos. Practican una disciplina inductiva, marcando normas y límites con un estilo de comunicación claro y respetuoso.
En este estilo de educación los hijos conocen por anticipado las consecuencias de no cumplir las normas. Se pactan por anticipado y no dependen del estado de ánimo de los padres.

Se refuerzan las cosas que se hacen bien y sólo se corrigen los comportamientos que se desvían mucho de la norma, porque se sobreentiende que en el proceso de aprendizaje siempre se cometen pequeños fallos.

Cómo son los hijos de padres asertivos:


Son niños con una alta autoestima y confianza en sí mismos. No tienen dificultades para tomar decisiones porque saben de antemano que siempre que se elige se renuncia a algo.
Son niños que mantienen buenas relaciones con los compañeros, les gusta la cooperación y la participación en grupo.
¿Cómo convertirse en un padre asertivo?
No se desanime si ha descubierto que el suyo no es el estilo asertivo. No hay padres que sean asertivos todo el tiempo. Trate de permanecer atento a cómo es su relación con su hijo. Analice qué cosas de cada estilo son las que repite con mayor frecuencia y elija comportamientos alternativos del estilo asertivo.
Tal vez no consiga cambiar la primera vez que lo intente, ni la segunda, ni la vez mil quince, pero puede que sí lo logre cuando haya hecho su intento mil dieciséis. Recuerde que “la mayoría de las veces, el éxito depende de saber cuánto se ha de tardar en lograrlo” (Montesquieu)

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