sábado, 19 de abril de 2008

El sano ejercicio de la autoridad con los hijos

DISCIPLINA INDUCTIVA : un camino hacia la responsabilización.

A medida que los niños van creciendo, la argumentación de una norma debe ir enriqueciéndose con razonamientos de los padres que expliquen porqué se acepta una petición y, sobre todo, porqué es rechazada una demanda o es exigida una determinada conducta. Es decir, desde que el niño o la niña comprenda el lenguaje hablado es conveniente que se le expliquen las razones de las exigencias sociales que establecemos y los rechazos a sus peticiones. Estas explicaciones han de tener en cuenta la edad del menor, evitando grandes disertaciones que no van a entender; la comunicación, el mensaje ha de ser sencillo, claro, gráfico, entendible. La explicación tiene dos efectos fundamentales:

− Favorecer la interiorización de las normas de forma que éstas pasen de tener un origen en la autoridad a ser comprendidas como necesarias y útiles.

− Obligar a los adultos a explicar su conducta y, por consiguiente, a hacerla
comprensible y razonable. Las explicaciones son una forma de controlar las conductas injustificadas de los adultos.

Esta forma de disciplina se distingue de la autoritaria -que impone las normas sin explicarlas y de forma unilateral- y de la “negligencia” -que no se ocupa de controlar y fomentar conductas adecuadas en el niño-.

Esta forma de disciplina se distingue también del chantaje emocional -recurrir a señalar las consecuencias negativas que su conducta tiene para los padres o para el vínculo afectivo-, porque pone el énfasis en las razones objetivas que hacen a esa conducta adecuada o no. Los padres no deben recurrir a razones como, “me haces sufrir”, “me vas a matar”, “voy a dejar de quererte”, ... sino en las consecuencias objetivas que para el hijo y los demás tiene su conducta y en el valor- sentido de la norma. De esta forma, si un niño no estudia adecuadamente, el problema no debiera ser el disgusto que esto produce en sus padres, sino las consecuencias que esta conducta tiene , en este caso, fundamentalmente para el propio niño.

En ningún caso debe recurrir al maltrato para doblegar la voluntad del niño ni al
abandono de sus obligaciones de control.

Los argumentos básicos de la disciplina inductiva son:

1.- Las normas se basan en razones y se consensuan entre quien manda y quien tiene que obedecer. En todo caso tienen una justificación conocida por la autoridad. Por tanto se conocen las razones de las normas, a diferencia de la disciplina autoritaria.

2.- Las normas se razonan cuando se exigen. La autoridad las explica de la forma más didáctica posible. En esto también se distingue de la disciplina autoritaria.

3.- Las razones que se dan intentan poner de manifiesto el interés de la norma para el que tiene que obedecerla, no para el que la impone. (En esto se diferencia del chantaje emocional que se caracteriza porque las razones se dan en función de quién pone la norma)

4.- La autoridad está dispuesta a cambiar la norma si hay buenas razones para ello.

5.- Quien obedece tiene derecho a discutir la norma y las razones en que se basa. Debe ser escuchado y puede hacer cambiar de opinión a quien tiene autoridad.

6.- Autoridad y persona que obedece pueden y deben apelar a la coherencia, de forma que las normas tengan cierto grado de estabilidad. Esto permite que sean conocidas y predecibles de manera que no se estén en continua discusión.

7.- La autoridad y quien obedece reconocen que finalmente, en el caso de la
relación entre padres-hijos menores hay una asimetría que debe ser respetada. La norma no es el resultado de una pura negociación, sino que los padres tienen la responsabilidad de proteger a los hijos y satisfacer sus necesidades. Si después de todo el proceso de disciplina inductiva no hay consenso, los padres deben asumir la responsabilidad de exigir el cumplimiento de la norma que ellos consideran justa. La disciplina inductiva reconoce que finalmente la relación padres-hijos es necesariamente asimétrica y que los padres no deben perder el control, si desean cumplir su función protectora y educadora.
En esto se distingue de las formas educativas que renuncian a las exigencias y a la disciplina.

8.- El proceso de socialización en las normas va haciendo cada vez más autónomo a los niños, ya que van asimilando las razones de las normas y autocontrolando su conducta. A lo largo del proceso, los niños deben participar cada vez más en la elaboración de las normas y las razones que las justifican o las hacen criticables e, incluso, en el cambio de las mismas.

El final deseable de la disciplina inductiva es el que cada persona construya su
autonomía moral.

Todas las estrategias de la disciplina inductiva están orientadas a que los niños tengan que dejar de obedecer a los adultos, construyendo sus propios valores y aprendiendo a tener conductas coherentes con ellos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece un excelente articulo. Gracias.